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La Oferta de turismo arqueológico en la Península Ibérica

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La presente entrada de blog reproduce las diapositivas proyectadas en el marco del Congreso Internacional Pattern, sobre (P)atrimonio (A)rqueológico, Nuevas (T)ecnologías, (T)urismo, (E)ducación y (R)entabilización Social: un (N)exo Necesario, en la ponencia la «Oferta de turismo arqueológico en la península Ibérica«, presentada por Luis del Rey Schnitzler el 21 de noviembre de 2019 en Córdoba.

En esta página de blog se podrá encontrar, aparte de las diapositivas proyectadas, información ampliada sobre la oferta de turismo arqueológico en la península.

INTRODUCCIÓN

La península Ibérica ha sido desde hace milenios un lugar de paso y de asentamiento de diferentes pueblos que han ido dejando sus huellas en ella, a través de construcciones, de manifestaciones artísticas y de artefactos de diversa índole. Toda esta riqueza patrimonial puede ser admirada en yacimientos y en museos, que nos aportan conocimiento sobre este pasado. Estos bienes, sean muebles o inmuebles, tras su conveniente estudio, restauración, adaptación y museización pueden convertirse en recursos turísticos dentro de una más amplia oferta de turismo cultural. De estos recursos se hablará a continuación.

PORTADACLASIFICACIÓN DE LOS RECURSOS (OFERTA) DE TURISMO ARQUEOLÓGICO

Dentro de la oferta de turismo arqueológico se podría hablar de unos recursos necesarios, de unos recursos accesorios y de una materia prima, que se detallarán a continuación. Valga adelantar que la oferta que, en principio, más se beneficiará del turismo arqueológico, económicamente hablando, será la representada por los que aquí vamos a denominar recursos necesarios y recursos accesorios.

 

LA MATERIA PRIMA

Son los recursos básicos, el motivo que justifica la visita del turismo arqueológico.

LOS RECURSOS ACCESORIOS

Están directamente relacionados con los anteriores. No se ofertarían de no existir la materia prima esencial: los yacimientos y los museos. Se benefician económicamente gracias a esta materia prima.

LOS RECURSOS NECESARIOS

Son aquellos que están siempre presentes en la logística de un desplazamiento por motivos turísticos: el transporte, la restauración y el alojamiento. Cobran importancia otros tipos de turismo, sin la existencia de los cuales tal vez no se produciría o sería menos atractivo el turismo arqueológico.

UN ANÁLISIS NECESARIO. LA INVESTIGACIÓN VERSUS EL TURISMO

Si se habla de turismo arqueológico, se hace necesario compaginar el interés por el estudio científico de los yacimientos y artefactos recuperados con el interés por explotar turísticamente estos bienes, con una finalidad no exclusivamente económica, sino también de divulgación cultural. Poner a punto un yacimiento o un museo arqueológicos y mantenerlos tiene un coste que debe ser tenido en cuenta a lo largo de toda la vida de este recurso (el yacimiento o el museo). No todo yacimiento arqueológico se convierte inmediatamente en un recurso turístico arqueológico. Requiere una intervención previa.

UNA PROPUESTA DE HORQUILLA TEMPORAL Y

AGRUPACIÓN DE LA MATERIA PRIMA

Para analizar la oferta turística, centrada en los yacimientos disponibles, se hace conveniente agrupar los yacimientos por épocas o afinidades. Se plantea la siguiente clasificación, considerando una horquilla temporal que va desde la más remota Prehistoria hasta el final de la Edad Media (se pueden plantear otras, dado que, en teoría, se podrían considerar recursos arqueológicos muestras del pasado de épocas más recientes). En esta ponencia se hablará de los recursos disponibles desde la Prehistoria hasta la caída del Imperio Romano de Occidente.

Conviene, no obstante, analizar los recursos arqueológicos de todas las épocas localizables en un área geográfica concreta, aptos para formar un paquete turístico susceptible de ser visitado en una unidad de tiempo (una mañana, una tarde, un día, un fin de semana o en períodos de tiempo más extensos).

EL ATRACTIVO TURÍSTICO DE LA MATERIA PRIMA

La tabla que se presenta a continuación muestra una serie de condicionantes que pivotan en torno a cada recurso turístico arqueológico. Todos estos condicionantes deben ser tenidos en cuenta a la hora de analizar el atractivo turístico que pueda tener un yacimiento o museo cualquiera. Se trata de una lista de comprobación cuyo análisis puede ayudarnos a valorar las posibilidades de éxito que vaya a tener nuestra oferta turística, entendiendo como tal éxito alcanzar un número razonable de visitantes satisfechos con la visita realizada. Más que de maximizar el número de visitas, se trata de optimizar este número, ya que el recurso arqueológico es sensible y admite un número máximo de visitantes por unidad de tiempo.

LA OFERTA TURÍSTICA ARQUEOLÓGICA – LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

1 – LOS PRIMEROS POBLADORES Y EL ARTE PALEOLÍTICO

A destacar por ser Patrimonio de la Humanidad:

Pero no merecen menos atención otros lugares como las cuevas andaluzas de: La Pileta, Ardales o Nerja, las tres con importantes manifestaciones de arte paleolítico (las pinturas de Nerja actualmente no son visitables, aunque sí la cueva). Menos conocidas, pero interesantísimas son otras cuevas en la mitad sur de la península, visitables de manera esporádica, de las que se está obteniendo mucha información sobre la anatomía y los modos de vida de los primeros pobladores de la península, por ejemplo la Cueva del Ángel de Lucena. En estos casos conviene participar en visitas guiadas, ya que, de lo contrario, para una persona no versada en la materia resultará incomprensible el yacimiento. Un guiño merecen también los yacimientos prehistóricos de Orce (Granada).

Los sitios (cuevas normalmente) aquí indicados suelen ser de acceso restringido por razones de conservación.

2 – EL MEGALITISMO Y EL ARTE RUPESTRE POSTPALEOLÍTICO

A tener en cuenta los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad:

A la segunda denominación pertenecen algo más de 750 lugares con manifestaciones de arte rupestre levantivo y esquemático en la franja este peninsular. No obstante, son muchos otros los lugares en los que se puede contemplar este tipo de arte, no englobados dentro de la clasificación de Patrimonio de la Humanidad, pero de factura perfectamente equiparable a los que sí lo están. Mención especial merece el Arte Sureño que se concentra en la zona del Parque Natural del Estrecho.

El arte rupestre postpaleolítico y el megalitismo coinciden parcialmente en el tiempo. Llama la atención que en los lugares donde no se han hallado construcciones megalíticas (especialmente en la Comunidad Valenciana, sur de Cataluña o Teruel) se dé una de las mayores concentraciones de arte rupestre levantino y esquemático. Se debe tal vez al tipo de roca existente en el terreno. El megalitismo se da fundamentalmente en la zona silícea (granitos y pizarras), mientras que el arte rupestre prolifera en la zona calcárea, donde se forman los característicos abrigos que albergan este tipo de pintura.

En cuanto al megalitismo, aparte de los grandes dólmenes de Antequera (Málaga), los de Valencina de la Concepción (Sevilla), los de los Millares (Almería), los de Alcanar (Algarve), el Pozuelo o el de Soto (ambos en Huelva) o la enorme concentración existente en el distrito de Évora (a destacar el crómlech de los Almendros), amén de otros importantes, existen miles de megalitos desperdigados por muchos parajes peninsulares, formando algunos parte de interesantes rutas turísticas como el Parque Megalítico de Legaire (Álava), el de la estación megalítica de Onyi-Mandoegi (Guipúzcoa) o el conjunto en la Serra da Aboboeira (entre los distritos de Porto y Viseu). Existen aún muchas zonas sin prospectar en la península.

El visitante de estos yacimientos arqueológicos, quiera o no, acaba realizando turismo de naturaleza, porque muchos de estos yacimientos se encuentan localizados en bellísimos parajes.

3 – YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL COBRE Y DE LA EDAD DEL BRONCE

No son muchos. Ninguno ha alcanzado aún la categoría de Patrimonio de la Humanidad (aunque no lo desmerezcan).

Cabría mencionar especialmente la Ruta del Bronce del Argar con numerosos yacimientos en el sureste peninsular (provincias de Alicante, Murcia, Granada, Jaén y Almería). Tal vez la Bastida de Totana (Totana, Región de Murcia) sea el más impresionante de este grupo, pero entran en este grupo también: La Illeta dels Banyets (El Campello, Alicante), La Almoloya (Pliego, Región de Murcia), Fuente Álamo (Cuevas del Almanzora, Almería), Castellón Alto (Galera, Granada) o Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén). No existe ninguna ruta oficial que abarque, asocie o considere en su conjunto a estos yacimientos o un grupo de ellos, tan espectaculares.

El yacimiento del Calcolítico de los Millares (Almería) es único en su género. La Motilla del Azuer (Daimiel) o el Castillejo del Bonete (Terrinches), ambos en la provincia de Ciudad Real, que pertenecen al llamado Bronce Manchego, son parada obligatoria y muy grata para cualquier visitante.

La cultura talayótica en las islas de Mallorca y especialmente en la de Menorca es sorprendente.

4 – LAS COLONIZACIONES

De los griegos quedan dos asentamientos constatados arqueológicamente como griegos, el de Ampurias (Empúries) y el de Rosas, ambos en la provincia de Gerona. Aunque no hay constancia arqueológica de otras ciudades griegas, la historiografía habla de varias ciudades de nombre griego: Alonis, Hemoroskopeion o Mainake. No se sabe si estas ciudades llegaron a existir. Son llamadas ciudades fantasma. Se especula con que fueran Alonis-Villajoyosa, Hemoroskopeion-Denia y Mainake, algún punto en torno a Málaga. Es posible que no fueran ciudades griegas, pero si ciudades frecuentadas por el comercio griego. De éste hay numerosas huellas en toda la mitad sureste peninsular, asociadas principalmente a ajuares de necrópolis íberas. También son relevantes los hallazgos de diversos cascos corintios en Andalucía, no sabiéndose si su localización se debe al fruto del comercio, a una ofrenda depositada en un río o a acciones bélicas de contingentes griegos. No existe una ruta que recorra yacimientos o museos donde ha quedado un rastro del influjo griego en la península.

La huella fenicia sí está mejor representada en la península y abarca diferentes emporios en la costa mediterránea y atlántica desde la provincia de Alicante hasta Galicia. En la mayoría de los casos se trata de pequeños aunque interesantísimos yacimientos poco explotados turísticamente. Muchos requieren ser excavados e investigados con más detenimiento antes de poderlos ofertar como recurso turístico. Algunos se pueden considerar abandonados por parte de los poderes públicos.

Existe la Ruta de los Fenicios (Rotta dei Fenici) creada como Itinerario Cultural del Consejo de Europa, que abarca algunos de estos yacimientos, pero no una específica que realice un recorrido integral por los yacimientos y museos de la península. Los principales yacimientos visitables son el Castillo de Doña Blanca en el Puerto de Santa María de Cádiz, el de Gadir y la Casa del Obispo (actualmente cerrada) en Cádiz o el de Malaka en los bajos del Museo Picasso de Málaga (no son los únicos), aunque para entender el alcance de esta cultura se hace necesario visitar un gran número de museos que albergan materiales de esta época (el MAN, el Museo de Cádiz, el de Huelva, el arqueológico de Sevilla, el Vilamuseu de Villajoyosa, el arqueológico de Almuñécar, el de Adra, el de Málaga, etc.).

Son muchos los lugares relacionados con el legado tartesio (ese que se supone surge del contacto entre los indígenas del sur de la península con los colonizadores fenicios y griegos), pero se cuentan con los dedos de las manos los que son visitables, por haber sido acondicionados para una visita pública. Realmente sólo se pueden visitar La Mata en Campanario y Cancho Roano en Zalamea de la Serena, ambos en la provincia de Badajoz. Muchos yacimientos están tapados, en terrenos privados o no tienen proyecto de museización. Importantísimo es el yacimiento de las Casas del Turuñuelo de Guareña, Badajoz, en fase de excavación, y aún tardará unos años antes de que abra al público, al margen de que en algún momento se puedan organizar jornadas de puertas abiertas.

Al igual que sucede con los fenicios, se hace necesario visitar los museos arqueológicos (MAN de Madrid, MASE de Sevilla, el de Cádiz, el Museo Arqueológico de Jerez de la Frontera, el de Huelva, el Arqueológico de Badajoz, el de Cáceres, el de Carmona, el de Écija, el de Córdoba, el MNA de Lisboa, el de Beja o el de la Escritura del Sudoeste de Almodóvar, Portugal) para conocer algo más acerca de esta enigmática cultura. Aunque pille más lejos, no podemos olvidar la colección de la Hispanic Society of America.

5 – LOS PUEBLOS PRERROMANOS

En este apartado coloco a los pueblos que habitaban la península Ibérica a la llegada de los romanos a finales del siglo III a.e.c., aunque estos pueblos tengan un origen más lejano en el tiempo. Los he dividido en dos partes: el área de influencia íbera y el área de influencia indoeuropea, por no hablar de la palabra celta, que también podríamos utilizar, aunque siempre sin un cariz étnico y sí cultural.

Resulta imposible subclasificar cada uno de estos grupos humanos en una presentación como la presente, excede de su alcance, pero sí se puede indicar que son cientos y cientos los sitios arqueológicos en los que podremos encontrar trazas de su paso por la península. Muchos de estos recursos son explotados turísticamente, otros menos.

Las fronteras de antaño no coinciden con las actuales, pero las actuales suelen representar un hándicap para conseguir crear rutas que aúnen espacios con características comunes, que excedan de los municipios, provincias, comunidades autónomas o países -donde se concentran los esfuerzos (no pequeños) normalmente en el fomento de lo propio, por encima del fomento de lo compartido, que podría crear en algún caso un producto más atractivo. Se han puesto en marcha algunos proyectos transfronterizos de nexo común con éxito relativo, que valdría la pena reactivar en aquellos casos en los que el impulso hubiera decaído. Las rutas así surgidas pueden potenciar el turismo arqueológico en zonas marginales (de poca afluencia turística), pero de enorme atractivo paisajístico y culinario, al margen de sus recursos arqueológicos.

En el área íbera son muchos los proyectos iniciados de fomento del turismo arqueológico: La Ruta dels Ibers en Cataluña, Los íberos del Bajo Aragón, Castellón arqueológico, La ruta dels ibers de Valencia (provincia), Viaje al Tiempo de los Íberos (Jaén) o la Ruta de los Íberos del Sureste (Albacete y Murcia), que engloban gran parte de los yacimientos íberos de la zona destacada en verde claro. La parte turdetana, por ejemplo, no está representada en estas rutas.

Hay varios museos especializados (o con un fuerte componente) en la cultura íbera (aparte de otros «generalistas», pero imprescindibles como el Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Arqueología de Cataluña, el Museo Arqueológico de Sevilla, el Museo de Jaén , el Museo de Albacete o el Museo de Murcia), algunos de gran calado y otros más modestos: El Museo Íbero de Jaén, el Museo de Prehistoria de Valencia; el Museo de Arte Ibérico de Castellar, Jaén; el Museo de Arte Ibérico de El Cigarralejo, Mula, Murcia; el Museo de Jumilla, Murcia; el MAC de Ullastret, Gerona o el Museo del poblado íbero de Can Oliver de Cerdanyola del Vallés, Barcelona.

La zona indoeuropea, más extensa, posee otros muchos recursos arqueológicos, donde tampoco faltan las iniciativas que agrupan los yacimientos por afinidades culturales y geográficas.

Hubo en su momento una que daba a conocer todos los castros del noroeste peninsular, los que se correspondían con el territorio de la antigua provincia Gallaecia romana, que comprende Galicia en España y los distritos de Viana do Castelo, Braga y Oporto en Portugal. Interesantes por englobar información no sólo de su propio castro sino de la cultura de los castros galaicos en general, son: el Museo del Castro de Viladonga (Lugo), el Parque Arqueológico de la Cultura Castreja (San Amaro/Puntxín, Ourense), asociado al castro de San Cibrao de Las o el Museu da Cultura Castreja vinculado al Castro de Briteiros (Guimarães, Braga) y al interesantísimo Museu Arqueológico da Sociedade Martins Sarmento (Guimarães, Braga).

Existe una página dedicada a los Castros de Asturias, centrada en los de esta Comunidad Autónoma, que tienen muchas afinidades con los del noreste gallego.

Vale la pena echar un vistazo al proyecto Regio Cantabrorum que versa sobre los castros de la Cornisa Cantábrica.

También hubo hace unos años una página web que trataba sobre los castros vetones (cuyo nexo común suele ser la existencia de verracos y toros de piedra) en España y Portugal, pero desconozco si esta iniciativa sigue existiendo, ya que la página desapareció de la red. Sí hay una sobre los castros y verracos de la provincia de Ávila. Igualmente, aunque hay que buscar un poco más, existe una página de Terranostrum que habla sobre los castros vetones salmantinos. Pero esta cultura de los vetones se extendió por las provincias de Ávila, Salamanca, Toledo, Cáceres y los distritos portugueses de Guarda y Braganza, y no existe actualmente un proyecto único, común, que las abarque todas.

Otra iniciativa interesantísima es la de la Celtiberia Histórica, que engloba numerosos yacimientos y museos en las provincias de: Soria, Burgos, Zaragoza, Teruel, Guadalajara, Cuenca, La Rioja y Navarra, territorios actuales donde se ubicaría la antigua tierra de los pueblos celtíberos. Este es un ejemplo de proyecto transfronterizo.

6 – LOS CARTAGINESES

Tenemos poca información sobre el tiempo total durante el cual los cartagineses (herederos de los fenicios) controlaron gran parte de la costa mediterránea peninsular. Solemos centrarnos en los algo más de treinta años que mediaron entre el desembarco de Amílcar Barca en Cádiz (237 a.e.c.) y el final de la Segunda Guerra Púnica -en Hispania- (206 a.e.c.), pero su influencia debió sentirse desde hacía muchos más años, tocando a su fin, eso sí, con la derrota ante los romanos. Se llega a crear cierta confusión entre lo púnico (cartaginés) y lo fenicio. Fenicio propiamente dicho sería lo anterior al siglo V a.e.c. Son pocos los restos inmuebles conservados en la península que se atribuyen a los cartagineses.

Así, la necrópolis de Puig des Molins de Ibiza, las murallas de casamatas de Lucentum o de Cartagena, una torre de la muralla de Cástulo, un foso defensivo en Carmona, una parte del yacimiento del Castillo de Doña Blanca o unos sillares almohadillados de la primera muralla de Carteia (San Roque, Cádiz). También hay murallas de casamatas en el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas, yacimiento abandonado a finales del siglo III a.e.c. El Camino de Aníbal, por donde se supone que pasó con sus tropas el general cartaginés de camino a la península Itálica, se publicita como camino histórico, pero es más un reclamo que una ruta en la que podamos hallar restos cartagineses. Hay huellas de algunas batallas de la Segunda Guerra Púnica como la de Baecula, que habría tenido lugar en terrenos del municipio de Santo Tomé, Jaén. No existe, sin embargo, una ruta cartaginesa peninsular global.

7. RESTOS ROMANOS EN LA PENÍNSULA

Toda la península está llena de vestigios de la presencia romana. En todas las provincias españolas y en los distritos portugueses hallaremos algún rastro inmueble y numerosísimos muebles. El siguiente mapa sólo debe ser indicativo de la inmensa cantidad de yacimientos romanos existentes. Como ya se ha dicho en anteriores casos respecto de otros yacimientos, existen yacimientos romanos acondicionados para la visita y otros que no lo están. Los restos de muchas construcciones romanas tienen la ventaja respecto de los de otros pueblos de que son mucho más espectaculares y vistosos, lo cual atrae, generalmente, a más público, de toda condición.

Entre todos los yacimientos romanos encontraremos varios que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad, a veces en atención exclusivamente a su legado romano, otras veces formando parte de un conjunto más amplio de valores patrimoniales. Así:

  • Centro Histórico de Córdoba
  • Ciudad vieja y acueducto de Segovia
  • Ciudad histórica de Toledo
  • Conjunto Arqueológico de Mérida
  • Las Médulas
  • Conjunto Arqueológico de Tarragona
  • Muralla romana de Lugo
  • Torre de Hércules
  • Centro histórico de Évora

A la hora de crear rutas temáticas con los propios yacimientos romanos, pueden ser clasificados según categorías. Por ejemplo:

  1. Termas romanas (habría que distinguir las termas de aguas termales de las que no son termales)
  2. Villas romanas
  3. Ludi romanos (edificios de espectáculos), entre los que se encuentran los teatros, anfiteatros y circos
  4. Ingeniería romana: En esta categoría entrarían las calzadas, los puentes, los acueductos o las presas
  5. Minería romana.
  6. Necrópolis romanas.
  7. Factorías de salazones.
  8. Áreas industriales como puedan ser los alfares.
  9. etc.

En los siguientes mapas aparecen tres de las anteriores clasificaciones: los edificios de espectáculos romanos, las termas romanas de aguas termales y las principales villas romanas. Se pretende con estos mapas indicar el enorme potencial cultural y turístico que tienen estos yacimientos, presentes a lo largo y ancho de la península.

7.1. EDIFICIOS DE ESPECTÁCULOS ROMANOS

7.2. TERMAS ROMANAS (DE AGUAS TERMALES)

7.3. PRINCIPALES VILLAS ROMANAS

ANTES DE CRECER

A modo de conclusión:

La península Ibérica posee un soberbio legado cultural, suponiendo los yacimientos arqueológicos, tan numerosos y variados, una parte considerable de éste. Estos yacimientos pueden ser objeto del turismo arqueológico siempre y cuando hayan sido adaptados para cumplir su misión de transmisores de conocimiento sin menoscabo de su integridad.

Es conveniente tener una visión integral de la situación de cada yacimiento antes de ofertarlo como recurso turístico, conociendo sus fortalezas y debilidades, fomentando un turismo sostenible, consciente de la fragilidad e importancia del recurso arqueológico.

Resulta sumamente importante fomentar la educación con el objetivo de que la sociedad comprenda el significado de los yacimientos arqueológicos, para lo cual es importante tener recursos humanos formados y capacitados para transmitir estos conocimientos por medio de una información clara, concisa y atractiva.

Todos los actores interesados en el fomento del turismo arqueológico deben colaborar más allá de sus fronteras políticas para sacar el máximo partido, en términos de divulgación del conocimiento, de los recursos arqueológicos, teniendo siempre en mente la carga máxima que puede soportar un yacimiento y el interés en promocionar destinos turísticos arqueológicos alternativos, aún muy desconocidos, pero de inmenso atractivo.

UNA VISIÓN

siendo las verdades, verdades, que nunca mentiras, que buscan emocionar