Circos romanos en la Península Ibérica (España y Portugal)

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CIRCOS ROMANOS EN HISPANIA

Lo que entendemos hoy por un circo

El circo, al menos en fechas relativamente recientes, se asocia o se ha asociado a un gran espectáculo, en el que participan o participaban acróbatas, payasos, magos, seres asombrosos o animales, fieros o dóciles, pero en ambos casos domados. Una parte de este espectáculo recibe hoy muchas críticas y es rechazado por la sociedad, porque puede denigrar a personas o a animales,  algo que atenta contra nuestra moral contemporánea.

Distinguiendo los circos romanos de los anfiteatros romanos

En tiempos pasados, especialmente si nos remontamos a la época romana, este tipo de espectáculos poco éticos eran bienvenidos y hacían las delicias del público. Lo más parecido al circo de tiempos modernos, aunque con frecuencia asociado a espectáculos sangrientos tenía lugar en los anfiteatros romanos. Aquí, entre otros eventos, podíamos ver enfrentarse a gladiadores, a fieras o a los unos contra los otros. Eran otros tiempos, en los que imperaba otra forma de pensar. Hoy estas atracciones no serían toleradas.

Esa forma ovalada de los anfiteatros romanos la seguimos viendo reflejada hoy en las plazas de toros o en las arenas bajo las carpas de los circos modernos.

De facto, en la palabra circo resulta fácil advertir una etimología que apunta a nuestra actual palabra “círculo” y seguramente sea la forma circular, cuasi-circular u ovalada de los anfiteatros romanos la que haya dado lugar a este nombre.

No obstante, los llamados circos romanos, no hacían referencia a un edificio asimilable a un anfiteatro sino a un edificio de planta cuasi-ovalada, eso sí, pero alargada, con gradas dispuestas alrededor de una arena central, como en los anfiteatros, arena que se encontraba dividida en dos secciones por una mediana denominada spina.

En uno de sus lados cortos, que se encontraba desprovisto de gradas, se colocaban las llamadas carceres, algo parecido a las cabinas de salida de los caballos en las carreras de los hipódromos actuales. Y para eso servían, para albergar a las  bigas, trigas o cuadrigas (carros tirado por dos, tres o cuatro caballos, respectivamente) guiadas por los aurigas, expectantes ante el sonido que daría comienzo a la carrera. Y darían las vueltas necesarias alrededor de la spina central para concluir la carrera, a ser posible victoriosos, vitoreados por un público entregado.

Entre los estadios, los hipódromos y los circos romanos

Es importante diferenciar entre un estadio y un circo romanos. Los estadios tuvieron su origen en Grecia.  Tenían de facto la misma forma de los circos. En estos estadios se celebraban todo tipo de competiciones deportivas atléticas, siendo las más conocidas las que tenían lugar en Olimpia, donde aún hoy se puede observar su enorme arena. Carecían de mediana como los circos. Estos estadios fueron los precursores de nuestros actuales estadios olímpicos y también inspiraron la forma de los antiguos circos o hipódromos. Hablo aquí de hipódromos, porque los circos romanos, a veces, suelen denominarse también así. La verdad, no sé si habría diferencia entre los unos y los otros, más allá de que en la esfera helénica o griega es más común escuchar hablar de hipódromos, mientras que en la romana predomina la palabra circo.

Pues de estos circos se conservan unos cuantos, algunos mejor otros peor, en la península Ibérica. Unos pocos tienen estructuras visibles, siendo de destacar el de Mérida, el de Tarragona y el de Toledo, por este orden. De varios sólo se ve una ínfima parte de lo que fueron. Muchos sólo se conocen a través de catas realizadas, que normalmente no son visibles para el público en general. Respecto de algunos se conoce su ubicación, pero no han sido excavados. El de Miróbriga (Santiago do Cacém, Portugal), tras una «puesta a punto», podría perfectamente competir con los otros tres reseñados.

La epigrafía, la musivaria y la historiografía que nos hablan de los circos romanos

A través de los lugares y textos que aparecen en la epigrafía (por ejemplo: escritos grabados en piedra donde se habla de ludi [juegos] circenses) o la musivaria (algunos mosaicos que reflejan edificios circenses o escenas de caballos y aurigas) podemos pensar que en algún lugar aún no descubierto hubiera existido un circo. También aporta su parte la historiografía (escritos antiguos) como pudiera ser la Crónica Caesaraugustana (se supone que es del siglo VI d.C.), que podría apuntar a la existencia de un circo en la ciudad de Caesaraugusta, Zaragoza, extremo que, a día de hoy, no ha podido ser confirmado. Realmente habla de que en el año 504 d.C. tuvieron lugar en Zaragoza juegos circenses (His consulibus, Caesarauguste circus expectatus est), pero tampoco especifica dónde, en qué espacio.

Ninguna pista dada por la epigrafía, musivaria o historiografía es concluyente para aseverar la existencia de un circo hasta que éste no se descubre. La epigrafía puede contener errores o información incompleta. También puede tratarse de una pieza epigrafiada con referencia a ludi circenses, desplazada de su lugar de origen, que realmente aluda a otra población distinta de aquella en la que se encontró. La musivaria puede reflejar los gustos de un dominus por las carreras de cuadrigas, sin que necesariamente, el circo donde hipotéticamente tuvieran lugar se encuentre en las inmediaciones del lugar donde se encontrara el mosaico. Con relación a la historiografía hay que andar igualmente con pies de plomo. Así, sin ir más lejos, Los antiguos también se podrían equivocar y llamar circo a un anfiteatro o incluso a un teatro romano, por desconocimiento de la diferencia entre ellos.

Los circos romanos en un mapa de la península Ibérica

En el mapa siguiente, elaborado a partir del Mapa de la Península Ibérica del Instituto Geográfico Nacional, podréis ver dónde se encuentran estos circos.

 

Para aquellos que queráis profundizar en su estudio o conocimiento os dejo algo de bibliografía seleccionada. Aún queda mucho por investigar, pero todo es ponerse.

Relación de circos romanos en Hispania

Provincia romana  Nombre romano (Localidad actual) Algo de bibliografía Comentarios (junio 2019)
Bética Astigi

(Écija, Sevilla)

Carrasco Gómez, I; Jiménez Hernández, A (2017). «El circo de la colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla)«. Tarraco Bienal. 3r Congrés Internacional d’Arqueologia i Món Antic La glòria del circ, curses de carros i competicions circenses. In memoriam Xavier Dupré i Raventós. Se han realizado catas. Sin información sobre si son visibles algunos restos.
Bética Carmo

(Carmona, Sevilla)

Jiménez Hernández, A. (2014). «Edificios de espectáculos en la Carmona Romana«. Urbanismo, arquitectura y patrimonio en Carmona: actas del IX Congreso de Historia de Carmona, Chapter: Edificios de espectáculos en la Carmona romana,  Universidad de Sevilla, Manuel González Jiménez, Antonio Caballos Rufino, José Antonio Ruiz de la Rosa (eds.), 135-164 (especialmente pp. 158-162). Se han realizado catas. Sin información sobre si son visibles algunos restos.
Bética Carteia

(cerca de San Roque, Cádiz)

Carrasco Gómez, I; Jiménez Hernández, A.; Peña, J.A.; Teixidó Ullod, T. (2017). Acerca de un circo romano en Carteia (San Roque, Cádiz). Tarraco Bienal. 3r Congrés Internacional d’Arqueologia i Món Antic La glòria del circ, curses de carros i competicions circenses. In memoriam Xavier Dupré i Raventós. Hay restos a la vista, pero no se encuentran dentro del circuito de visita normal.
Bética Corduba

(Córdoba)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Son conocidos dos circos en Córdoba, pero no hay actualmente estructuras visibles. Uno, el oriental, el más antiguo, habría estado al este del templo de la calle Claudio Marcelo, entre el Barrio de San Andrés y el de la Madalena y otro, más moderno (el occidental), al sur de la Avenida Medina Azahara.
Bética Singilia Barba

(cerca de Antequera)

Hay artículos en prensa. No consta información académica (no descartable) Restos conocidos desde 2013 a través de catas efectuadas. No visitable  
Lusitania Augusta Emerita

(Mérida, Badajoz)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Es visible todo su perímetro, siendo el circo mejor conservado de todos los existentes en la Península Ibérica. Es visitable.
Lusitania Balsa

(cerca de Tavira, Faro)

Fraga da Silva, L. (2007) Balsa, cidade perdida. Tavira. Campo Arqueológico de Tavira. No hay estructuras visibles. Hay epigrafía que apunta a su existencia. El estudio académico adjunto lo ubica en las cercanías de Luz de Tavira.
Lusitania Mirobriga

(cerca de Santiago do Cacém, Setúbal)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. La carretera N-621 lo cruza. No se reconoce a ras del suelo, porque está cubierto de vegetación espontánea, pero desde el aire se aprecia perfectamente su forma ovalada y la spina central. No es visitable.
Lusitania Olisipo

(Lisboa)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Se encuentra bajo la Plaza del Rossío. Los restos están tapados completamente.
Tarraconense Calagurris

(Calahorra, La Rioja)

Cinca Martínez, J. (2017). «Edificios de Espectáculos en Calagurris. Calahorra. Ña Rioja. El Circo«. Tarraco Bienal. 3r Congrés Internacional d’Arqueologia i Món Antic La glòria del circ, curses de carros i competicions circenses. In memoriam Xavier Dupré i Raventós. El paseo del Mercadal (reamente una plaza) tiene la forma del antiguo circo del que quedan escasos restos de opus caementicium. Esta parte es visible.
Tarraconense Castulo

(cerca de Linares, Jaén)

García Balboa, J.L. El Circo romano de Cástulo. Lidar y ortofotos [recurso en línea]. Geomática desde un punto del Pale Blue Dot. Blog de José Luis García Balboa. Identificado a través de la tecnología LIDAR en 2017. Sin excavar.
Tarraconense Consabura

(Consuegra, Toledo)

Muñoz Villareal, J. (2005). «Consabura: de oppidum a municipio romano«. Historia Antigua, 29, 107-150. Se han realizado catas. Sin información sobre si los restos son visibles actualmente. En cualquier caso se han realizado intervenciones en 2018.
Tarraconense Laminium

(Alhambra, Ciudad Real)

Gómez Torrijos. L (2011). Historia de Alhambra. La ciudad romana de Laminio. Puertollano. Ediciones C&G. Conocido desde finales de los años 90, cuando se realizó una excavación de urgencia al construir la variante de la N-430. Actualmente se encuentra debajo de esta carretera
Tarraconense Saguntum

(Sagunto, Valencia)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Sólo queda a la vista una puerta en la esquina de la calle Huertos y la calle Remei. Esta parte es visitable. Se ve perfectamente desde fuera de la valla que lo circunda.
Tarraconense Segobriga

(cerca de Saelices, Cuenca)

Cebrián, R.; Hortelano, I., Ruiz de Arbulo Bayona,  J. (2017). El circo romano de Segóbriga, Saelices, Cuenca. Carreras sobre las lápidas. Tarraco Bienal. 3r Congrés Internacional d’Arqueologia i Món Antic La glòria del circ, curses de carros i competicions circenses. In memoriam Xavier Dupré i Raventós.

 

Se reconoce perfectamente el perímetro. Se ha supuesto que se trata de un circo inacabado. Es visitable.
Tarraconense Tarraco

(Tarragona)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Son visibles amplios restos, incluidas galerías abovedadas y gradas. Se encuentra fosilizado con la trama urbana de la ciudad. Gran parte de la arena se encontraría en la Plaza (Plaça) de la Font.
Tarraconense Toletum
(Toledo)
Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. Quedan en pie varios restos de su estructura de hormigón, especialmente en el parque junto a la avenida de la Reconquista. Se extiende en dirección SW hasta llegar prácticamente a la iglesia de Santa Leocadia.
Tarraconense Valentia Edetanorum

(Valencia)

Nogales Basarrate, T. y Sánchez Palencia, F.J. (coords.). (2001). El Circo en Hispania Romana. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. 22, 23 y 24 de marzo de 2001. [ÍNDICE]. El circo se encuentra más o menos entre la calle de la Paz y la calle Almirante. Son visibles varios restos, destacando los muros de opus caementicum en un local de la calle de la Mar y los restos de la spina debajo de la Iglesia de San Juan del Hospital. Hay restos de gradas también, pero, de momento, no pueden ser visitados.

 

La presente página irá actualizándose paulatinamente.