Los Fenicios y Griegos en la Península Ibérica

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LOS FENICIOS Y GRIEGOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

GRAN RUTA ARQUEOLÓGICA

Los fenicios, ese pueblo comerciante y marinero originario del Mediterráneo oriental, del lugar donde hoy se encuentra el Líbano, fueron, junto con los griegos algunos siglos después, los primeros aventureros que atravesaron el Mediterráneo de Este a Oeste expandiendo su influencia en numerosas áreas costeras del Mediterráneo meridional e incluso atlánticas, mereciendo especial atención su presencia en África y en la Península Ibérica. De la Península Ibérica debió atraerles su riqueza minera, entre las que destacaría la hoy llamada Faja Pirítica Ibérica, a la que pertenece, entre otras regiones, la zona minera de Huelva (Minas de Riotinto, Alosno, etc.). Esta faja se extiende desde la Sierra de Sevilla hasta la costa atlántica portuguesa.

La fecha en la que los fenicios iniciaron su periplo no está clara pero, según Veleyo Patérculo (Historia de Roma, Libro I, 2), la ciudad de Cádiz, la Gadir fenicia (Gadeira griega y Gades romana), habría sido fundada 80 años después de la caída de Troya, lo cual nos situaría más o menos en el año 1100 a.e.c. Sin embargo, no habría datos arqueológicos que confirmaran la presencia fenicia en la Península más allá del siglo IX a.e.c. (vide: Los Castillejos de Alcorrín, Manilva). En Cádiz el registro arqueológico del yacimiento del Teatro de Títeres se remontaría al siglo VIII a.e.c. Como dato comparativo, si hacemos caso a las fuentes escritas, la ciudad de Carthago, en la actual Túnez, habría sido fundada en el siglo IX a.e.c., con posterioridad, pues, a la fundación de Cádiz. Ambas habrían sido colonias de los tirios (de Tiro, actual Líbano).

Nota: Aunque las fuentes historiográficas son útiles para conocer algunos datos de la historia, no siempre serán fiables y su «integración» con los registros arqueológicos es fundamental para hallar una mejor «luz» sobre el pasado.

A pesar de las referencias a Gadir como ciudad desde tan remoto momento, según algunos autores, habría existido una etapa precolonial de presencia fenicia, pero sin asentamientos estables, entre los siglos XII y VIII a.e.c., iniciándose la etapa propiamente colonial a partir del siglo VIII a.e.c. o incluso ya en el IX a.e.c., que es cuando se datan científicamente las primeras factorías. Los fenicios tenían predilección por las islas (Gadir – Cádiz) o los promontorios junto al mar (p.e. Toscanos y Torre del Mar en Vélez-Málaga, Abdera = Adra, Seks = Almuñécar o Tavira). Su presencia estable más hacia el interior de la Península no es descartable, pero es más probable que se circunscribiera al ámbito del comercio. Se habla de una región libio-fenicia, bástulo-fenicia o bástulo-púnica, que comprendería el área de mayor penetración de la cultura fenicio-púnica en el Sur peninsular. Se refiere más o menos a la franja mediterránea -adentrándose algo hacia el interior- desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Cabo de Palos. No obstante, no se debe olvidar que los fenicios estuvieron presentes en otros lugares, como pueda ser la costa atlántica peninsular.

Las colonias fenicias tendrían su auge entre los siglos VIII y VI a.e.c. llamando la atención el abandono o decadencia de muchas de ellas a partir del siglo VI a.e.c., de acuerdo con lo que constatan los registros arqueológicos, como consecuencia tal vez de la llamada crisis del siglo VI a.e.c., que habría producido el ocaso de la mítica Tartessos -que tánto habría sido influida por la cultura fenicia-, cuando los cartagineses tal vez cerraran el comercio con esta región y otras mediterráneas a los griegos. La conquista de la metrópoli Tiro por Nabuconosor II de Babilonia en ese mismo siglo también pudo contribuir al declive de las factorías fenicias. Desde ese momento se produce un progresivo relevo en el control del área occidental del Mediterráneo por los primos hermanos de los fenicios, los cartagineses.

A los fenicios les debemos el conocimiento de la escritura -el signario ibérico se basa en el fenicio- o de la cerámica a torno -una gran innovación-. Luego también habrán aportado su saber en las artes de la agricultura, de la navegación y de la metalurgia del hierro. Con relación a la metalurgia del hierro, se habla frecuentemente de su introducción por vía de las migraciones celtas del primer milenio a.e.c. No obstante, hay que pensar que los fenicios llegarían a la Península a finales de la Edad del Bronce (¡peninsular!) y el hierro ya era conocido en Oriente Medio desde hacía tiempo (aquí la Edad del Hierro se iniciaría sobre el siglo XII a.e.c.) y no sería descabellado pensar que también por esta vía se introdujera en la Península. Por otro lado, las huellas de los fenicios y griegos en la Península quedan igualmente reflejadas en el arte orientalizante, que se extendió por las tierras de los íberos, del que son muestras buen número de ejemplos de la toréutica y la escultura íberas (la Bicha de Balazote, diversas esculturas de esfinges, varios thymiateria de bronce, la Astarte de Galera, el Centauro de Caravaca, etc.).

LA RUTA ATLÁNTICA DEL ESTAÑO

Durante la Edad del Bronce las minas de estaño eran codiciadas, porque de la aleación del cobre y el estaño se obtenía el bronce. El estaño se localizaba únicamente en determinadas regiones, abundando en la costa atlántica: en Galicia (España), en la Bretaña (Francia) o en Cornualles (Reino Unido). Aparte de existir una ruta comercial terrestre, que comunicara estas minas con el Mediterráneo, debió existir otra ruta marítima, que partiría desde el Mediterráneo, bordearía la costa atlántica y llegaría hasta estas tierras ricas en estaño. Los autores clásicos griegos designaron con el nombre de Casitérides esta región (o regiones, si resulta que realmente no se referían sólo a una, sino a un concepto genérico de lugares productores de estaño en el Atlántico), pudiendo referirse a cualquiera de las antes citadas. Heródoto en su libro III de Historia (Talía), párrafo 115, cuando se refiere a los confines del mundo occidental, menciona las Casitérides y las identifica como unas islas de donde procedería el estaño de los griegos, pero asegura no poder confirmar la existencia de las mismas. Tampoco Estrabón, en su Geografía aclara dónde se sitúan exactamente (Libro III; 2, 9 y 5, 11) ubicando las islas al norte del puerto de los Ártabros (que habitarían la región en torno a la actual A Coruña, en Galicia). No obstante, parece decantarse por localizarlas cerca de Britania, a juzgar por lo que indica en su libro II; 5, 15.

Los fenicios habrían conocido y practicado esta ruta comercial, al menos hasta determinados puntos en Galicia, donde se habría constatado su paso a través de algunos restos materiales hallados, que se han identificado como pertenecientes a este pueblo, destacando el posible altar fenicio del Castro de la Punta do Moinho do Vento (Alcabre, Vigo, Pontevedra). Sin embargo, el asentamiento estable fenicio atlántico más septentrional señalado por algunos como tal, se situaría unos pocos quilómetros aguas arriba del Mondego desde su desembocadura y sería el Castro de Santa Olaia o Santa Eulália (Figueira da Foz, Coimbra, Portugal).

Nota: Más allá de Galicia, hacia el Este y Norte, la presencia de materiales fenicios en el Atlántico se difumina. Un dato curioso, pero de estudio complejo: existe un gran parecido entre las runas nórdicas y el alfabeto fenicio.

LOS GRIEGOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Con posterioridad a los fenicios, los griegos también comenzaron a fundar colonias a lo largo del Mediterráneo y su comercio prosperó. Las fuentes clásicas (Heródoto, entre otros) relatan los contactos griegos con el mítico y rico reino de Tartessos, junto a la desembocadura del Guadalquivir (llamado Tartessos por los griegos y luego Betis por los romanos). Griegos y fenicios habrían establecido por entonces fructíferos intercambios comerciales en la Península a juzgar por la gran cantidad de materiales griegos que se han hallado junto a los yacimientos fenicios peninsulares (por ejemplo en el de Villaricos, Almería o el de Toscanos, Málaga). Otro hecho destacable son las numerosas muestras de ajuares íberos que incluían valiosos materiales cerámicos griegos, que se han encontrado especialmente en las necrópolis ibéricas o tartesias de la Península:

  • Cabezo Lucero y Les Casetes (Alicante).
  • La Hoya (Huelva).
  • Castellones de Ceal y Toya (Jaén).
  • Cerro del Santuario en Baza y Tútugi (Granada).
  • Pozo Moro, el Llano de la Consolación y Los Villares de Hoya Gonzalo(Albacete).
  • El Cigarralejo (Murcia).

La influencia griega también se ha dejado notar en el arte orientalizante, como ya se ha indicado.

FUNDACIONES GRIEGAS EN LA PENÍNSULA

De momento, arqueologicamente constatadas, sólo hay dos colonias griegas en la Península, la una al lado de la otra. Emporion (Ampurias) en L’Escala y Rhode en Rosas, ambas en la provincia de Gerona/Girona. Habrían sido fundadas por los foceos en el siglo VI a.e.c.. Éstos, años antes, ya habrían establecido la colonia de Massalia (Marsella, Francia). Por otro lado, Estrabón no descarta la posibilidad de que Rhode fuera fundada por los rodios.

En cambio, los escritos antiguos (Geografía de Estrabón: Libro III, 4, 6, Geografia de Ptolomeo: II, 6, 4) hablan de otras fundaciones griegas al norte del Sucro (río Segura):

  • Akra Leuké (que podría corresponderse con la ciudad iberorromana de Lucentum en la Albufereta de Alicante)
  • Allon o Alonis (que se situaría en algún lugar de la franja costera desde Villajoyosa a Calpe [Alicante], aunque hay autores que la ubican en Santa Pola [yacimiento de la Pícola], el posterior Portus Ilicitanus romano) o
  • Hemeroskopeion (que podría ser Denia).

Al sur del Segura se habría localizado Mainake o Menace (en algún lugar cerca de Málaga, igual en el Cerro de los Villares, donde existe un asentamiento fenicio constatado), otra fundación griega de acuerdo con Estrabón (Geografía, III, 4, 2).

La arqueología no ha podido verificar que en estos lugares existieran asentamientos griegos -de allí que, a veces, se denominen ciudades griegas fantasma-, aunque sí su influencia por vía del comercio de artículos griegos y la huella del alfabeto griego jónico en la variante greco ibérica del signario ibérico (vide: plomos de Alcoy, Alicante)

ENFRENTAMIENTOS ENTRE LOS FENICIOS Y GRIEGOS

La presión de los babilonios contra las polis griegas y fenicias en Oriente, en el siglo VI a.e.c., habría tenido diversas consecuencias. Por un lado, el foco de poder fenicio se habría trasladado de la antigua Fenicia a Carthago, al norte de África y, por otro, los colonos griegos -que habrían aumentado en número como consecuencia de su éxodo- y los fenicios «occidentales» (ahora cartagineses) aliados con los etruscos se habrían enfrentado en la batalla de Alalia (Córcega) sobre el año 537 a.e.c. Si bien en esta batalla habrían vencido los griegos, sus pérdidas habrían sido tan cuantiosas, que marcarían un antes y un después en su expansión colonial. El nuevo poder cartaginés (también llamado púnico) certificó su hegemonía en el Mediterráneo occidental, cayendo las factorías fenicias en la costa de la Península Ibérica, entre otras mediterráneas, bajo su directa influencia.

La presencia griega en la Península, que no desaparecería, se limitaría a la costa noreste (Golfo de Rosas, con Ampurias y Rhode), siendo posible que hubiera un reparto de influencias entre griegos y púnicos, fijándose una probable frontera junto a la desembocadura del río Segura (donde se sitúa actualmente el término de Guardamar del Segura, Alicante). Precisamente en Guardamar del Segura se han constatado hasta la fecha los restos fenicios más septentrionales del Mediterráneo peninsular. Los púnicos es posible que se quedaran al Sur y los griegos al Norte.

YACIMIENTOS DE LOS FENICIOS Y GRIEGOS Y PRINCIALES MUSEOS PENINSULARES CON RESTOS DEL LEGADO FENICIO Y GRIEGO

A continuación se señalan los principales yacimientos griegos y fenicios que podemos encontrar en la Península. En esta entrada no se hablará de los asentamientos propiamente púnicos o cartagineses que se crearon ex novo o a partir de otros anteriores desde el siglo VI a.e.c. en adelante, tras la caída de Tiro. Mención especial en este sentido merecerían: Cartagena, la Qart Hadast de la época bárquida, la ciudad de Lucentum (posiblemente la antigua Akra Leuké), Carteia en la Bahía de Algeciras (que fuera una fundación fenicia en el contiguo Cerro del Prado) o la necrópolis del Puig des Molins en Ibiza.

YACIMIENTOS GRIEGOS

  • Ampurias/Empúries (L’Escala, Gerona/Girona) y la sede del Museu d’Arqueología de Catalunya en Ampurias/Empúries. Destaca la escultura de mármol del dios Asclepios (Esculapio).
  • Ciudadela de Rosas, ubicación de la antigua Rhode griega (Rosas/Roses, Gerona/Girona). También tiene un pequeño museo.

Con independencia de que únicamente se tenga evidencia de estas dos colonias griegas, por distintos lugares de la Península se han encontrado materiales griegos fruto del comercio antiguo, que hoy se exponen en diversos museos arqueológicos, algunos de los cuales también se han nutrido de adquisiciones de estos materiales en tiempos modernos. La Lista sería muy grande e indico únicamente unos cuantos:

Para colecciones numismáticas griegas las referencias son:

YACIMIENTOS FENICIOS (DE ÉPOCA COLONIAL)

Comenzando por el yacimiento fenicio situado más al norte del Mediterráneo junto a la desembocadura del Segura y siguiendo en orden por la costa en dirección oeste hasta llegar al cabo de San Vicente (Algarve, Portugal) y desde allí en dirección norte pasando por la desembocadura del Mondego (Coimbra, Portugal), llegando finalmente a Galicia.

  • Yacimiento fenicio de La Fonteta (Guardamar del Segura, Alicante).
  • Bastión fenicio del Cabezo del Estaño (Guardamar del Segura, Alicante).
  • Museo Arqueológico de Guardamar (MAG) (Guardamar del Segura, Alicante). Sección dedicada a la colonización fenicia.
  • Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA (Cartagena, Región de Murcia). Expone uno de los barcos fenicios de Mazarrón y reproduce otro que aún se encuentra en el mar junto a la playa de la Isla de Mazarrón. Gran colección de ánforas de diversas épocas halladas en pecios hundidos. Hallazgos del pecio fenicio del Bajo de la Campana (frente al Mar Menor): defensas de elefante y lingotes de estaño.
  • Centro de Interpretación del Barco Fenicio de Mazarrón (Región de Murcia).
  • Necrópolis fenicia de Villaricos (Cuevas del Almanzora, Almería). La más grande hallada en la Península.
  • Museo de Almería. Materiales fenicios de la necrópolis de Villaricos (Cuevas del Almanzora) y del Cerro de Montecristo (Adra).
  • Museo de Adra (Almería). Materiales fenicios del cercano Cerro de Montecristo.
  • Necrópolis fenicia de Puente de Noy (Almuñécar, Granada).
  • Museo Arqueológico de Almuñécar (Granada). Llamado la Cueva de los Siete Palacios. Ajuares de la necrópolis de Puente de Noy. Vaso egipcio.
  • Necrópolis de Trayamar (Algarrobo, Málaga).
  • Diversas necrópolis y yacimiento de Toscanos (Vélez-Málaga).
  • Restos fenicios en el sótano del Museo Picasso (Málaga).
  • Museo de Málaga. Temporalmente cerrado al público (octubre 2016). Importante colección de materiales fenicios procedentes de yacimientos en la costa malagueña. Un casco griego hallado en el casco urbano de Málaga.
  • Yacimiento fenicio del Cerro del Villar. Actualmente no es visitable (octubre 2016).
  • Los Castillejos de Alcorrín (Manilva, Málaga). Yacimiento originado en el Bronce Final, con construcciones orientalizantes. Visitas restringidas.
  • Yacimiento fenicio del Cerro del Castillo (Chiclana, Cádiz).
  • Museo de Cádiz. Destacan los sarcófagos antropomorfos fenicios.
  • Sótanos de la Casa del Obispo (Cádiz). Temporalmente cerrado al público. Restos de construcciones fenicias.
  • Yacimiento Gadir – Teatro de Títeres (Cádiz). Restos de construcciones fenicias.
  • Yacimiento fenicio del Castillo de Doña Blanca (El Puerto de Santa María).
  • Muro de probable origen fenicio en el Cabezo de San Pedro (Huelva). Acceso restringido.
  • Museo de Huelva. Ajuares de la necrópolis orientalizante de La Joya.
  • Castelo de Castro Marim (Faro). Restos prerromanos de época orientalizante.
  • Museu Municipal de Tavira (Faro). Palácio da Galeria. Probable santuario fenicio.
  • Museu de Sines (Setúbal). Tesouro do Gaio.
  • Factoría y santuario fenicio de Abul (Alcácer do Sal, Setúbal).
  • Cripta Arqueológica do Castelo de Alcácer do Sal (Setúbal).
  • Núcleo Arqueológico da Rua dos Correeiros (Lisboa).
  • Museu Santos Rocha (Figueira da Foz, Coimbra), con materiales fenicios del cercano yacimiento de Santa Olaia.
  • Castro da Punta do Moinho do Vento junto al Museo do Mar (Alcabre, Vigo, Pontevedra). Posible altar púnico.
  • Museo Quiñones de León (Vigo, Pontevedra). Cipo púnico de la Isla de Toralla (Oia, Vigo, Pontevedra).

Nota: Se habla también de vestigios materiales fenicios en el Castro de A Lanzada (O Grove, Pontevedra), en el Monte do Facho (Cangas, Pontevedra) o en el Monte do Castro Leiro (Ribadumia, Pontevedra).

Museos (fuera de la ruta) con materiales fenicios:

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Aquí tenéis el mapa de la ruta:

Fenicios y Griegos en la Península Ibérica

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(C) Luis del Rey Schnitzler, 2016