Entrevista con Luis del Rey: «un yacimiento arqueológico nos habla y, si se le escucha, te cuenta una historia»

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Fuente: http://www.mediterraneoantiguo.com/2014/04/entrevista-con-luis-del-rey-un.html

Portada del libro

Hace poco tiempo que se ha publicado un libro indispensable para todos los amantes de la arqueología. Se trata de la Guía Arqueológica de la Península Ibérica – España. De las colonizaciones a la caída del Imperio Romano de Occidente, de Luis del Rey Schnitzler, licenciado en Derecho, Graduado en Ciencias Empresariales Europeas y Diplomado en Turismo. Este proyecto, iniciado hace casi cuatro años, comenzó como un pasatiempo de fin de semana. Para concluirla ha recorrido varias veces la Península de punta a punta, dejando detrás de sí una senda de más de 80.000 km. Una obra esencial para recorrer los enclaves arqueológicos más importantes de España. Mediterráneo Antiguo se ha puesto en contacto con el autor para conocer cómo fue el proceso de elaboración de la obra y qué podemos encontrar en ella.

Pregunta – ¿Por qué una guía arqueológica de la península?
Respuesta – Desde siempre me han gustado las piedras, lo antiguo, aquellas cosas que, aunque presuntamente inertes, transmiten emociones. Un yacimiento arqueológico nos habla y, si se le escucha, te cuenta una historia. La fascinación que siento por estos lugares me ha llevado a escribir la guía, -comenzando por la parte española de la Península Ibérica, que es donde vivo-. Mi intención ha sido crear algo novedoso que fuera muy atractivo, práctico y ameno, dirigido no únicamente a arqueólogos, sino también a aquel público al que le atrae la cultura, le gusta viajar y descubrir nuevos lugares.

Pregunta – ¿Cómo se estructura la guía?
Respuesta – El grueso de la guía lo conforman sus 42 capítulos organizados por criterios geográficos, salvo el primero, que trata de la colonización fenicia y obedece a un criterio cronológico. Cada capítulo describe y ubica una serie de yacimientos, monumentos y museos arqueológicos que pueden visitarse en una provincia o grupo de provincias, que no necesariamente pertenecerán a la misma Comunidad Autónoma. Entre estas provincias existe, no obstante, una conexión geográfica o histórica. Al inicio de cada capítulo se muestran dos mapas: uno para ubicar las provincias dentro de la Península y otro, más detallado, donde se señala la localización de los yacimientos. Luego incluye también cartografía de ciudades o áreas arqueológicas con sus monumentos, recomendaciones para realizar las visitas, una breve cronología, un glosario de términos, una amplia lista de páginas web de referencia con relación al mundo de la arqueología, un índice toponímico, mucha bibliografía y una selección de 250 imágenes a color.

Pregunta – ¿Qué información aparece de cada yacimiento?
Respuesta – En la guía no se tratan únicamente yacimientos, también monumentos singulares, museos y otros establecimientos que exponen o hablan sobre objetos arqueológicos. Para cada uno aparece: (1) una breve descripción del lugar, intentando captar lo más sobresaliente y esencial; (2) la forma de llegar a él con indicaciones muy precisas apoyadas en coordenadas GPS; (3) la dirección postal, teléfonos y páginas web, cuando estuvieran disponibles; (4) los días en los que actualmente está abierto al público, advirtiéndose al inicio que estos datos son susceptibles de cambio; (5) una valoración personal sobre el interés que suscita el lugar; (6) consideraciones en general sobre el sitio: tiempo orientativo de visita, cualidades paisajísticas, necesidad de llevar calzado adecuado, posibles peligros, recomendación de acceso en 4×4, etc. y (7) bibliografía específica del lugar.

Pregunta – ¿Qué criterios has seguido para seleccionar cada sitio?
Respuesta – El criterio fundamental es la representatividad y el encontrarse adaptados para una visita turística. Muchos yacimientos tienen un gran interés desde un punto de vista científico, pero poco desde el turístico. Estos yacimientos no aparecerán mencionados. Tampoco menciono algunos yacimientos que estimo son sensibles, por encontrarse desprotegidos o haber excavaciones en curso en las que no se debiera “interferir”. En algún caso advierto al potencial visitante que no verá restos monumentales, pero sí paisajes espectaculares. Un yacimiento no son únicamente sus construcciones o sus elementos muebles, también lo es su entorno.

Pregunta – ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

Luis del Rey en Las Médulas, León

Respuesta – He consultado directamente varios libros de temática genérica relacionados con la historia y la arqueología, incluyendo otras guías arqueológicas de España (Anderson, Collins), literatura varia historiográfica (el libro III de la Geografía de Estrabón; la Historia Natural de Plinio el Viejo, la Historia de Roma de Tito Livio, entre otras), guías y publicaciones específicas sobre diferentes yacimientos, las Fontes Hispanae de Adolf Schulten, de él también he leído su Tartessos.
Uno de mis sitios preferidos para obtener referencias y luego poder consultarlas es la base de datos Zenon del Instituto Arqueológico Alemán: http://opac.dainst.org. También es interesante la base de datos Dialnet de la Universidad de la Rioja: http://dialnet.unirioja.es; la información que cuelga de www.academia.edu; las páginas de las revistas catalanas de acceso libre: www.raco.cat o la página del anaquel de Spantamicus de la Biblioteca arqueológica virtual de la Universidad de Alicante. No obstante, la principal fuente de información es el propio yacimiento con sus carteles (cuando los hay), sus vistas, las sensaciones que emite y la gente de alrededor, que te cuenta historias. Por otro lado, también me ha resultado muy útil la información cartográfica que he podido obtener a través del Instituto Geográfico Nacional.

Pregunta – ¿Cuáles son los cinco yacimientos de la península ibérica que destacarías por su importancia?
Respuesta – Me lo pones difícil. Todo yacimiento tiene algo de interesante y destacar sólo cinco de entre ellos me resulta casi imposible. Si hablamos de un yacimiento, hay que hablar siempre de él y de su entorno. Monumentales son los vestigios pretéritos de las ciudades actuales de Mérida, Tarragona y Cartagena; y de las antiguas de Itálica (Sevilla) y Segóbriga (Cuenca). Singularmente bellos son: Baelo Claudia (Cádiz), junto al estrecho de Gibraltar; Ampurias (Girona), al borde del Mediterráneo; Munigua, en la Sierra de Sevilla; Las Médulas (León), los despojos de una mina romana a cielo abierto convertidos en un paisaje mágico; Tiermes (Soria), una ciudad rupestre celtíberorromana; Ulaca (Ávila), la ciudad más enigmática de los vettones. Y luego están: El Castro de Baroña (A Coruña), Torreparedones (Córdoba), Cancho Roano (Badajoz), Contrebia Leukade (La Rioja), Tútugi (Granada), Talavera la Vieja (Cáceres), Los Bañales (Zaragoza), Acinipo (Málaga), el puente romano de Alcántara o la ciudad romana de Cáparra (ambas en Cáceres), sin olvidar las Villas romanas (la Olmeda, El Ruedo de Almedinilla, Fuente Álamo, Carranque, Almenara-Puras, etc.) y, claro, luego está el acueducto de Segovia y paro de contar, porque me olvido de la mitad.

Pregunta – Hablas de la península, ¿no se incluyen Baleares y Canarias?
Respuesta – Por algún sitio había que comenzar. No descarto continuar la serie con otros nuevos libros, que amplíen la cronología de este primero (que va desde las colonizaciones fenicias y griegas hasta la caída del Imperio Romano de Occidente) o traten los yacimientos arqueológicos de las islas. Las Baleares con sus taulas, navetas y talayots tienen un legado arqueológico sobresaliente, sin olvidar los vestigios de época púnica o romana. Tengo que reconocer que de la arqueología canaria sé relativamente poco. El campo sobre el que se puede escribir es realmente extenso. Con lo que sí voy a comenzar en breve es con la preparación de la parte portuguesa de la guía arqueológica de la Península.

Pregunta – ¿Cuál es, en tu opinión, el estado general de los yacimientos arqueológicos españoles: accesos, indicaciones…?
Respuesta – Si dijera que el estado general es malo, estaría dando una respuesta equivocada, porque entran en juego varios factores. Muchos yacimientos, especialmente los que están en medio del campo, es verdad que no están bien señalizados o simplemente no están señalizados y el acceso a éstos es complicado y, en coche, frecuentemente, imposible. Esta situación puede deberse al desconocimiento del atractivo que tienen, a menudo a la falta de presupuesto y, en algún caso se debe a que no se quieren dar a conocer. Señalar y acondicionar accesos es costoso. Luego los colores de los paneles informativos, si no se tratan adecuadamente, son comidos por el sol en unos pocos años, si no en unos cuantos meses. Los gamberros también hacen estragos. En la mayoría de los casos se hace lo que se puede, hay voluntarios que los señalan, hay gente que crea senderos, hay autoridades que asfaltan caminos. Aunque pudiera realizarse alguna crítica, pensemos que tiene su encanto buscar y encontrar, llevados por el mero instinto. A mí me ha funcionado, mas no siempre.

Autor
Mario Agudo Villanueva